Lo que deseo es una revelación. Que algo o alguien se abra, mágicamente, y yo pueda, al fin, comprender el sentido de mi espera.
Entre letras y desvelos creo verdaderas quimeras: soy piel a fuego queriendo ser luz, lamento a cenizas de un beso, un estruendo entre notas fallidas y el despertar desahuciado de su cordura... pero debajo de todo aquel deroche de delirio solo quiero descansar mis ojos, dormir bajo la sonrisa de aquellos que quiero y que se me permita no volver a despertar... Soy la sombra de una vida, queriendo ser solo el silencio.
Los seres humanos siempre quieren hacer categorías con su conciencia personal y no aceptan las contradicciones. Todo es permanente si miran solamente el lado permanente. Todo es impermanente si miran solamente el lado impermanente. Los dos aspectos son verdaderos. Deben comprender siempre los dos lados y no elegir uno solo. El cuerpo es impermanente. Se nace, se muere, como una burbuja que aparece y desaparece en la corriente del agua. Pero lo esencial, la corriente, no muere nunca. Taisen Deshimaru
Elvira Sastre
“Y todo se quedo en silencio, incluso mi dolor.”
— Miriam Aguilar.
Ella era así, le gustaba jugar con fuego porque decía que sino moría de frío, aunque amaba el invierno. Corría a cada oportunidad que tenía; era fan de las escapadas sin despedidas, lo curioso es que ella era como un laberinto de esos en los que salir ya no es una opción. Tenía cierta fascinación por el arte, —pero ella era el arte mismo—, leía poesía cuando nadie la veía y escuchaba la música que quería. Siempre sonreía, aun cuando por dentro estaba en ruinas; por eso casi nadie sabía de sus batallas, mucho menos de sus demonios. Pero así era ella, tremendamente enigmática, lo suficientemente adictiva como para escribirle una poesía como esta. Ella era así; Y.
Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estoqueado en la mitad del patio.
Rayuela, Julio Cortázar
Cuando viene la rutina. Con rostros reconocibles y almas desconocidas. Con respuestas vacías y días enteros llenos de evasión.
A veces siento que no soy lo suficientemente buena para ser humana. La existencia misma se me hace complicada, pero no me mal entiendas, no deseo morir, me veo en la tierra. Soy raíz y me aferro a la vida, con ecos de nostalgia caminando entre terrenos de ausencias. Así asumo que la vida es dolor.
pero no desisto.
“Es terrible vivir con miedo, mi vida. ¿Y sabes qué es lo más triste de todo? Acostumbrarse.”
— Días sin ti; Elvira Sastre.