(vía https://www.youtube.com/watch?v=kdfkr1WEzIc)
(vía https://www.youtube.com/watch?v=eCIHPdx1OAs)
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada. Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»… Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»). Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Espero curarme de ti - Jaime Sabines
La cuerda cortada puede volver a anudarse, vuelve a aguantar, pero está cortada. Quizá volvamos a tropezar, pero allí donde me abandonaste no volverás a encontrarme
Bertolt Brecht
“Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor.”
― Mario Benedetti, La tregua
“There’s a beast of prey on the threshold of pleasure…”
Artwork: “A thousand years in hell” by Archaia.
El amor jamás reclama; da siempre. El amor tolera, jamás se irrita, nunca se venga
Indira Gandhi
Existen instantes en los que deseamos tan desesperadamente amar, que escapamos de nuestro propio ser para seguir imposibles en desiertos donde no existe gota de amor… y te aferras a los espejismos.
Te amé y te guardaré en mi corazón; ahora, gracias a las confusiones inevitables del destino, tengo la excusa perspicaz para pasar de los recuerdos… y de ti.
Aquí y ahora -de manera anónima y ausente- te deseo lo mejor ¡con todo mi corazón! Porque me hiciste feliz y te quiero… Te quiero y eso me basta.
¡Por el amor! porque a pesar de no entender sus caminos y nos lleve a abismos de dolor y pesares, también es culpable de las pérdidas de cabeza más dementes y mágicas… de la felicidad propia del caos, de la diversión y la pasión… y del encanto por vivir y ser uno con otra persona.
El amor siempre enseña y nos transforma en mejores seres. Es por eso que fue maravilloso haberte conocido. Adiós.
Sidecars - Cremalleras