Gabriela Mistral, from a letter to Doris Dana (tr. Velma García-Gorena)
Los seres humanos siempre quieren hacer categorías con su conciencia personal y no aceptan las contradicciones. Todo es permanente si miran solamente el lado permanente. Todo es impermanente si miran solamente el lado impermanente. Los dos aspectos son verdaderos. Deben comprender siempre los dos lados y no elegir uno solo. El cuerpo es impermanente. Se nace, se muere, como una burbuja que aparece y desaparece en la corriente del agua. Pero lo esencial, la corriente, no muere nunca. Taisen Deshimaru
me faltó ir a tu casa una noche
nos faltó ir a bailar
nos faltó
tiempo.
Ser, insignificante y grandioso a la vez.
Las promesas de lo seguro son mera utopía. Las construcciones con las que nos educamos nos hacen sentir de alguna manera todopoderosos, pero resulta que si todo se modifica, tampoco nosotros somos estáticos.
“Por favor nunca cambies”… ¿no es un poco exigente? ¿no es un tanto imposible? Cuántas veces nos forzamos a no cambiar, porque cuando nos damos cuenta de que lo hacemos, nuestro mundo seguro y tangible flaquea. Desconocemos infinito, en cada idea abstracta, hay incalculables posibilidades. Una sonrisa me cambia, el curso del río que fluye me cambia, un descubrimiento me cambia, el fuego de una emoción irrefrenable me cambia, una palabra me cambia, el viento que corre con locura me cambia, una mirada me cambia, sentir mi cuerpo descansando en la tierra me cambia. Soy lo que sé hasta ahora, y también lo que no sé, el conocimiento mismo está dispuesto a plena modificación, por eso prefiero vagar por el mundo, con la conciencia de la transitoriedad de mi vida, con la apertura suficiente, con la pasión que me conduce a amar y a descubrir, mientras dure.
I don't feel guilt at being unsociable, though I may sometimes regret it because my loneliness is painful. But when I move into the world, it feels like a moral fall- like seeking love in a whorehouse.
-Susan Sontag, As Consciousness is Harnessed to Flesh: Journals and Notebooks, 1964-80
siempre hay algo de ti en todo lo que hago
He pasado media vida muerta de miedo
por si perdía cosas que ahora ya ni recuerdo.
He dudado tanto que –aunque acertara– no era capaz de disfrutar.
De corteza insegura,
me creí débil, pequeña y reemplazable. Por no pisar a nadie
nunca me atreví a bailar.
Escribo esto
en orgulloso pasado complejo.
Una mañana cualquiera,
cambié las margaritas por el cara o cruz y me abrí en canal.
Resulta que soy fuerte.
Seguramente igual que antes, solo que ahora
sí que lo sé.
Patricia Benito
“Y soy capaz de gritarte que te quiero mientras corro en la dirección contraria. Cualquiera te diría que no soy recomendable, y estaría en lo cierto.”
—Elvira Sastre
Because I imagined myself stronger. Because I was making an incorrect mathematical calculation about love: I thought that, in adding up everything I understood, I loved. I didn’t know that, adding up everything you don’t understand is the way to truly love. Because I, just from having felt affection, thought that loving is easy. It’s because I didn’t want solemn love, not understanding that solemnity ritualizes incomprehension and transforms it into an offering. And also because I always try to handle things my way, it’s because I still don’t know how to give in. It’s because deep down I want to love the thing I would love—and not what is. It’s because I’m still not myself, and so the punishment is loving a world that’s not itself.
—Clarice Lispector, Forgiving God
“Please don’t expect me to always be good and kind and loving. There are times when I will be cold and thoughtless and hard to understand.”
— Sylvia Plath